Aequam memento rebus in arduis servare mentem
...Y soñé que hasta las dulces y rugosas zanahorias se besaban. Dos luciérnagas sostenían el misterio.
Amor vegetal con olor a tierra, a noche, a humedad, a semen de hortaliza, a jadeo.
Desde aquel día, como, mato, digiero zanahorias.
Por pura envidia.